lunes, 5 de septiembre de 2011

Hicimos el amor...

Ernest Descals
Arte Erotismo
Esta mañana al despertar él me miró: ojos carbón, dilatados, fuertes e incrustados en mi piel. Me tomó de la cintura y sin pensarlo hicimos el amor. Me levanté, me bañé y me cambié. El hizo exactamente lo mismo. Desayunamos: huevos con tocino y jugo de naranja para él, yo sólo una manzana, un yogurt de pasas y un pan tostado. Se despidió con un beso en la mejilla. Lo detuve para besarlo mejor. Metí mi mano dentro de su pantalón. Nos besamos e hicimos el amor. Esta vez más rápido. -. ¿A las 8 p.m.? Me miró y asintió con la cabeza. Él se fue. Me quedé sola en el departamento. Esperé a que fueran las 7:30 am y salí a trabajar. Llegué a la oficina: Trabajo y más trabajo. Una gran pila de documentos me esperaban en mi escritorio. Llegó el jefe. Me levanté a servirle café; negro y sin azúcar. Pero ya se lo habían llevado. Me indigné y terminé lo más rápido posible. Me quedaron 20 minutos para salir antes. Fui al sanitario. Las medias me incomodaban un poco. La falda la sentía muy corta. Hacía Frío. Mis labios estaban demasiado rojos y partidos. Pálida y mejillas rosadas. Me lavé la cara con jabón: Exactamente igual. Regresé por mis cosas. Ya me iba, y me habló el jefe. Saludé y entré. .- ¿Quería verme? No contestó. Se acercó y me dirigió al sillón de su escritorio. Me senté. Se agachó y observó mis piernas. Acarició mi pierna derecha hasta llegar al muslo. Metió su mano bajo mi falda. Suspiró. Le quité la camisa y le dejé la corbata. Me acarició los senos y me tumbó sobre su escritorio. Inclinó su cabeza para besarme el cuello, la boca y una mejilla. Lo abracé con mis piernas durante un minuto. Nos besábamos. Nos tocábamos. Recordé la cita a las 8. .-No puedo, tengo un asunto muy importante que resolver. Y salí de ahí. Él no dijo una palabra. Fui al WalMart y compré todo lo que necesitaba para una cena. Llegué al departamento. Limpié la cocina. Arreglé la cama: Encontré un nudo de cabellos en mi almohada. Cambié las sábanas. Quité el cuadro de Ernest Descals que se encontraba sobre la cabecera de la cama: Una mujer tocándose sobre un inodoro: Odiaba ese cuadro; Odiaba a Descals. Coloqué un trabajo de Schiele en su lugar; una mujer pelirroja con medias y piernas cruzadas. La mirada más seductora que hubiese visto. Me acosté sobre el sofá. Veía el cuadro de Schiele: Me quité la ropa y aceleré mi excitación. Dos orgasmos y terminé. Me dediqué en seguida a preparar la cena, arreglar la mesa, colocar velas, poner música. Acabé sudada, agotada y lastimada: Me corte un dedo con el cuchillo: Genial. Me regalé un baño de burbujas; en la tina velas y diferentes olores: Lilas, azahares, rosas…

Egon Schiele
Mujer sentada, con la rodilla doblada
1917
Galería Národni, Praga
Me desperté exaltada y el agua entró en mi nariz. Abrí bien los ojos y él estaba sentado sobre el inodoro mirándome. .-¿Qué hora es? .- Las nueve y media sospecho.- ¿Por qué no me despertaste? ¿Cuánto tiempo llevas ahí? ¿Estás enojado? Lo siento es que… El se levantó enseguida y se acercó a mí. Se hincó a la altura de la bañera. Me beso intensamente, profundo, sensual, apasionado. Colocó una de sus manos sobre la parte baja de mi pelvis. Se quedó masajeando ahí por unos minutos. Después se puso de pie, se quito la ropa. Se metió a la bañera conmigo. .- ¿Y la cena? Pregunté. .- Cenaremos, esto apenas es el entremés. Contestó. Sonreí y lo besé en la mejilla, en la boca en el cuello y subí hasta su oreja. .- Feliz Cumpleaños amor. .- Gracias; me encantó tu falda en el trabajo. No te dejaste por completo y ahora estoy deseándote más. Pegué todo mi cuerpo a él y lo besé: Reacción instantánea. Su mano recorrió mi espalda y la mía recorrió su miembro…

Después de hacer el amor, sí, cenamos. Platicamos de mi cumpleaños, del suyo, de las fiestas, del trabajo, de la música, de la comida, de mi mamá, de libros, de canciones, de los vecinos y sus hijos, de nosotros. Finalmente, postre, pastel y velitas: Él Lo odió. Tomé tres fotos. Él abrió una botella de vino: Cabernet Sauvignon. Una copa, dos copas, tres copas, música y bailamos. Dos pasos antes de llegar a la cama, miró el cuadro. Sonrió y dijo ¿Qué es lo que no te gustaba de Descals? Me levantó y entrelacé mis piernas alrededor de su cintura. Lo miré y señalé el sofá. Me llevó al sofá y metí mi lengua en su boca. Suspiré y contesté. .- Que lo miraba y no me llevaba a ninguna parte. .- ¿Y Schiele? .-Schiele, Schiele me llevó al sofá…

2 comentarios:

  1. Hola, soy Ernest Descals, ja,ja,ja,a, me entusiasma la historia y la forma en que has insertado mi pintura.Saludos.

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