Escapista sin flaqueza
Tapas ahora los oídos
Porque suena en tu cabeza
Las voces del olvido
Sal! Tocan a la puerta
Mismo que azota tu ventana alerta
Y gritas sin hablar
Y callas sin inquietar
No te busques, no te calles
No me corras, ni me hables
Anda y pasa sin caminar
Suelta y guarda tu pecar.
Grata sorpresa. El poema es corto, pero deja entrever cierto talento, más allá de toda lisonjería.
ResponderEliminarSaludos.